domingo, 7 de febrero de 2010

TOLETUM

Hoy ha sido un buen día, con una ruta bastante interesante y en la que lo hemos pasado bien haciendo algo distinto, porque a pesar de estar muy cerca, la verdad es que solemos ir poco a la capital de la Comunidad Autónoma. Y lo cierto es que no se muy bien por qué, ya que esta ruta nos ofrece unas carreteras muy entretenidas y una ciudad maravillosa para visitar.


La salida se ha ido retrasando por unas cosas y por otras, y lo que iba a comenzar a las 10 de la mañana al final terminó siendo casi a las 12, hora a la que salíamos rumbo a Toledo. Iniciamos el viaje desde Alcázar por la vieja carretera de Toledo, la actual CM-400 hacía Villafranca de los Caballeros, pasando por Camuñas y Madridejos, luego hasta Consuegra. Una vez allí no puedes continuar por la misma carretera, ya que si lo que se pretende es evitar la autovía, esta comienza pasando Consuegra y ya no hay forma de evitarla, pues desde este punto se aprovechó la antigua carretera para construir la Autovía de los Viñedos. Así que lo que hay que hacer para evitar la monotonía de las pistas de alta capacidad es dirigirse hacía Los Yébenes, por una carretera en bastante buen estado para ser una regional de segunda. Y en esta localidad toledana cogemos la nacional 401 hasta Toledo. Todo el trayecto con el asfalto en perfecto estado.


Una vez en Toledo lo mejor sin duda ha sido la vuelta alrededor de la ciudad bordeando el Tajo, con magníficas vistas de la ciudad imperial y el río envolviendo la maraña de casas en torno a la montaña en la que se ubica Toledo, con el Alcázar y la catedral sobresaliendo especialmente, lo dicho, unas vistas mágníficas que hacen que merezca la pena un viajecito de una hora más o menos.

Cuando dimos la vuelta a Toledo, nos dirigimos al centro, hasta la misma plaza de Zocodover, aparcando más chulos que un ocho en todo el centro de la capital regional, nos tomamos unas cervecitas (sin alcohol, por supuesto) en La Abadía, un sitio muy bien puesto en pleno centro histórico de la ciudad. Luego un vistazo y encontramos un restaurante no muy grande llamado Santa Fe, que tenía un menú del día por solo 10'50 €uros. La verdad es que mereció la pena con esa sopita castellana caliente o una paella para empezar y unas Carcamusas (plato típico toledano) o un estofado de Ciervo entre muchos otros. Unas risas, porque lo que nos reímos en la comida contando chistes, la verdad, y a más de un@ nos hacía falta reirnos así.

Luego el regreso fue más aburrido, por la autovía, aunque mucho más rápido. Hicimos una pequeña paradita en Camuñas, para despedir a los que se quedaban allí, y tomamos unas cervecita en el "Queops". Regreso a Alcázar y fin del domingo, que estuvo muy entretenido y me dejó ganas de regresar a Toledo, la verdad.