miércoles, 16 de febrero de 2011

LLUEVA, TRUENE O NIEVE...

Allways on the road, con esta frase tan americana se expresa un sentimiento muy motero que puede extrapolarse a todo el que monte sobre dos ruedas y un motor cuando esta afición es de verdad un sentimeinto. El pasado sábado se casaron dos de los más moteros de cuantos conozco, aunque por desgracia la economía les impide tener moto desde hace un tiempo, ella con su casaca roja llegó a la iglesia en un Plymouth Belvedere de los años 50 escoltado por cuatro motos ruidosas, una la mía, mi adorada Evil Vir resonó en la plaza al recogerla y en la puerta de la iglesia al dejarla. ¡Qué sensación más gradable! Debe ser emocionante ver como cuatro motos te escoltan hasta la puerta de la iglesia cuando eres motera de corazón.

Hace tiempo que no escribo ene ste blog, es cierto, me lo recordaba Julia, una nueva seguidora de esta espacio a la que doy la más calurosa bienvenida, y no te preocupes, Julia, si no conoces nada de este mundo, muchas veces esto es como una alergia, pasas de no haberte fijado nunca en ello a sentirlo en las venas como si fuera la sangre que siempre corrió por ellas. Yo espero que así sea en tu caso.

Hoy retomo la Ruta de Kwicks para hablar de esa boda y de la cita más espectacular que los moteros de este continente tienen en su agenda, la reunión Pingüinos en Valladolid. Soy asiduo a ella desde el año 1995, cuando llegué allí con una pequeña SR 250 Special y si ya de por si el mundo motero me enganchaba como la farla a los yonkis, a partir de ahí supe que nunca más querría ser otra cosa por encima de motero. La hermandad, la alegría, la fiesta a pesar todo ello de los -15ºC que se han llegado a alcanzar algún año. Así es Pingüinos, así es Valladolid en enero....

A todo aquel motero que ya haya estado allí no pedo decirle nada que nos epa ya, y al que nunca lo haya probado, le pido, no, le ordeno que se lo marque en la agenda del 2012, porque solo una vez que se llega a Pingüinos en moto (sin trampa, no vale llevarla en carro), pasa allí al menos una noche y conoce aquello, se entiende de verdad por qué los moteros sond e otra pasta.

Este domingo me voy para la sierra madrileña, ya os contaré más.