lunes, 18 de julio de 2016

Hermandad Motera

Decía el escritor José Narosky: "La verdadera hermandad no requiere de lazos de sangre" y qué razón llevaba. Esto es algo que lo saben bien los moteros, esos hombres que el cine se empeña en dar aspecto rudo y desapegado, pero que se saludan con abrazos y besos y se llaman hermanos entre si aunque la sangre que corre por sus venas no es la misma.

Es complicado explicar esto a quien no ha vivido o convivido en un ambiente motero, a quien no pertenece a un club con gente de calidad, porque no se puede explicar la confianza y el vínculo que se llega a crear con aquellos que ruedan contigo, que conviven contigo y que, por qué no decirlo, beben contigo para alegrarse y a veces para olvidar... Saber que están ahí para lo bueno, eso siempre, y muchas veces también están para lo malo, aun sin pedírselo, aun sin hablarlo, están cuando los necesitas.

No siempre se consigue a la primera, encontrar a ese grupo humano con el que conectas y que te hace sacar lo mejor de ti no siempre es sencillo ni se consigue la primera vez que lo intentas, de hecho hay muchos que jamás lo logran o que acaban desanimándose. La calidad en esto no siempre es fácil de encontrar, incluso cuando sabes que un grupo es bueno y que emana verdadera hermandad, no tiene por qué ser lo que buscas o no tienen por qué ser quienes te buscan. A veces simplemente un grupo es bueno como está y no todos encajan en el, no todos logran ser un miembro más. Pero tened por seguro que cuando lo encuentras (o te encuentra el grupo a ti) se sabe, se siente que esa es tu "manada". 

Os aseguro que no he hecho más que encontrar beuna gente en este mundillo desde que tengo moto, me reido y lo he pasado muy bien, he hecho a los mejores amigos que se puedan imaginar y no me arrepiento de nada, de ninguno de los pasos que he dado. Pero es justo ahora, en esta familia, la familia Iberian Motards, cuando he sentido que soy parte de algo grande, de algo importante. Y ese momento, en el que descubres eso, es cuando sabes que aquí y ahora ya nadie se quedará atrás, nadie rodará solo, nadie será el olvidado en la carretera. Esto es una verdadera hermandad, y cada cual encuentra la suya en su justo momento.

Ráfagas