miércoles, 30 de diciembre de 2009

PARA TERMIANR EL AÑO

Como cada año, antes de que finalce 2009, he realizado un ritual que que ya es tradición para mi. Todos los años en diciembre, sobre el 30 o el 31, antes de la nochevieja, me gusta dar un último paseo en moto del año. Hoy he subido en ella, llené el depósito y me puse en marcha, es un paseo muy corto, pero muy importante. Subí a los molinos para despedirme del año.

Creo que muy poca gente puede sentir lo que yo siento cuando hago eso, desde luego estar allí arriba, sentir el aire, que esta vez era verdaderamente fuerte, y ver el paisaje de mi tierra, de La Mancha en su más pura expresión, llana y marrón, como lo es en esta época del año. Y mi moto, perfecta (para mi, evidentemente) bajo uno de los molinos, mientras el viento me mantiene de pié a pesar de estar inclinado y sin apoyarme y a pesar de estar inclinado unos 60 grados. Sentí la vida, sentí que el 2010 será un gran año, pero no ha sido el único indicio hoy de que eso va a ser así. Luego arranqué de nuevo la moto y bajé. muy lentamente porque el viento casi huracanado empezaba a ser peligroso, por el estrecho carreterín que baja hasta la carretera.

Tras la visita anual a los molinos quise hacer una visita también a alguien muy especial que lleva ya más de 7 siete años sin poder celebrar las navidades con nosotros, por eso también he querido despedir el año con esa persona. Durante esa visita sentí nuevamente que 2010 será el año definitivo. Ahora, ya estoy listo para celebrar la nochevieja con alegría, y esta vez no dejaré que nadie me la estropeé.

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