martes, 12 de octubre de 2010

NO MIRES ATRÁS, SOLO CONDUCE.



Cuando conducir una moto se convierte en un sentimiento tan profundo como la paternidad o el deseo por la mujer amada, cuando entiendes que por tus venas ya no corre sangre, sino gasolina de alto octanaje, cuando olvidas respirar detenido en una llanura y ya solo sabes hacerlo a cien kilómetros por hora sobre moto, es justo en ese momento cuando descubres que ya no eres una persona más sobre el planeta, es en ese mismo instante cuando sabes que eres un motero. Para entenderme, primero deberás experimentar todas esas emociones.

1 comentarios:

J. M. Serrano dijo...

Joder... ¡Qué envidia! Me voy a la autescuela ya mismo.