miércoles, 29 de octubre de 2014

Dos en la ruta

Siempre pensé que las rutas en solitario pueden estar bien y hasta ser necesarias en un momento dado, pero siempre con un compañero son mucho mejor. Lo que nunca imaginé es que esta ruta de la vida se iba a incorporar un compañero para seguirme allá donde yo fuera. Se llama, no podía ser de otra manera, Custom y es un atento aprendiz de motero.

Mi perro es todo un canalla que no si algún día aprenderá a subir en moto para acompañarme en mis viajes, pero lo que si se es que desde ahora ya no soy un solitario cuando acaba el viaje, ahora el final del viaje siempre será cosa de dos (sin cerrar las puertas nunca a una tercera parte) y las cervezas por la noche mientras veo un nuevo capítulo de SOA me van a estar mucho más buenas, aunque es cierto que ahora también he de compartir los costillares y las hamburguesas.

Este nuevo compañero ha de ser esa pequeña luz que guíe mis caminos  apartir de ahora, porque desde que compartimos piso os aseguro que sonrío mucho más.


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