domingo, 31 de enero de 2010

LAS AGUAS FUERA DE SU CAUCE.

Esta mañana he pasado frío por primera vez desde que terminó el verano subido en la moto. Me desperté sobre las 10 de la mañana y vi el sol lucir con fuerza en la callé, así que pensé ¿qué demonios? Y me puse la "armadura" para salir a darle una buena carga a la batería de mi moto. La verdad es que iba ya apeteciendo una ruteja después de una extraña semana de trabajo y relaciones personales complicadas. Lo malo es que el sol era engañoso, porque en realidad esta mañana hacía bastante más frío del que aprentaba al asomarte a la ventana.

Los guantes, la cazadora, unos vaqueros con su correspondiente malla térmica debajo... y nada más. Al salir bien, algo de fresco, pero soportable y hasta revitalizante después de la resaca del viernes de la que aun quedaban resquicios en alguna parte de mi cabeza. Rumbo a Ciudad Real por la N-420, una ruta bastante sencillita y sin complicaciones, al llegar a Puerto Lápice una paradita, cafe calentito en el bar de la plaza y seguimos, ahora ya por la autovía dirección Córdoba; se que a la mayoría de los moteros las autovías no les gustan mucho, pero a mi donde esté una buena recta y dos carriles para cada sentido de la circulación, que se quiten los curveos. Ójala hubiese llegado hastala antigua capital del califato, pero no, no había ni tiempo ni dinero, porque una vez llenado el depósito antes de salir, solo me quedaban 20 euros en el bolsillo, insuficiente para bajar y subir a Córdoba, demasiado arriesgado.

Así las cosas al llegar a los Llanos del Caudillo dejo la autovía y sigo un rato por una comarcal hasta Manzanares, en esta zona ya si que he notado el frío, las mallas térmicas no eran suficiente y desde luego la cazadora se me quedaba corta para resguardar por completo el pecho del helado viento que me daba de cara. He echado de menos la cordura, la verdad, pero ya no había solución, había tantos kilómetros por delante
como por detrás para regresar a casa, así que me jodí y continué el camino.

Justificar a ambos ladosUna vez en Manzanares tomé la ya más que conocida carrtera que une esta población con Alcázar y un poco antes de llegar aquí, vuelvo a ver el Guadiana desbordado (en Villarta vi el Cigüela también) ¡qué maravilla! La verdad es que ver tanta agua en una tierra tan seca es alucinante. Hace dos semanas incluso el agua había cubierto uno de los dos carriles de la carretera, fue el domingo que comimos en las lagunas de Ruidera, que también andaban bastante bien de agua. Ójala estas aguas que se salen de sus cauces sean solo un preludio de la abundancia de todo para todos este 2010.

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